Imprudencia, inexperiencia y consumo de alcohol


Las estadísticas indican que los accidentes de tránsito son una de las principales causas de muerte entre los jóvenes y que poco más de un tercio de los siniestros tienen como protagonistas a personas de entre 15 y 30 años. Además, las cifras revelan que en la madrugada de sábados y domingos se triplica el número de accidentes de tránsito entre jóvenes de 18 y 26 años y, que el consumo de alcohol está presente entre el 30% y 50% de los incidentes fatales. Los estudios son sumamente preocupantes, sobre todo para quienes son padres. La adolescencia se transforma en una etapa de conflicto no sólo para los jóvenes, quienes forjan su carácter y buscan su independencia; sino también para los padres que deben decidir cómo responder en el difícil momento en que un hijo pide el auto.

¿Cómo actuar?

No existen recetas mágicas, pero sí una serie de recomendaciones que podrán dejar a los padres un poco más tranquilos. La primera es conocer bien los factores de riesgo involucrados al permitir que un adolescente se suba a un automóvil, ya que de esta forma se actuará de manera coherente. Por lo tanto, el primer paso es no desestimar las observaciones de los expertos, ni minimizar los peligros inherentes a la conducción.
Prácticamente en todos los accidentes de tránsito donde están involucrados jóvenes se encuentran presentes factores como errores del conductor, velocidad excesiva, consumo de alcohol, choque de un solo vehículo –por la impericia-, pasajeros excesivos dentro del  vehiculo, conducción nocturna y uso infrecuente del cinturón de seguridad.
Ante este escenario, se sugiere lo siguiente:
Crear responsabilidad:

Es  prioritario que su hijo sepa y entienda que un automóvil no es un juguete, ni un accesorio que lo convierte en alguien superior a los demás, y que, ante un descuido o un imprevisto, su falta de experiencia puede transformar el vehículo en un arma mortal.   Manifestarle que al conductor todo lo que ocurra será “su responsabilidad” y no de los padres u otras personas. Es importante que los padres revisen sus pólizas de seguros antes de permitir que sus hijos (sobre todo si son menores) manejen el auto familiar, algunas cláusulas escritas en letra pequeña seguramente harán desistir a más de un padre otorgarle  permiso de salir con el auto familiar.

Vigilar su forma de conducir:

No debe confiar plenamente en  la conducción de su hijo/a  aun cuando haya obtenido la licencia. Debe estar pendiente de sus capacidades y su actitud frente al volante. En la adolescencia hay una inclinación natural por el peligro, las emociones fuertes y la velocidad. Haga que comprenda sus limitaciones.
Recordar que en muchos municipios se otorgan licencia con solo exámenes teóricos y casi nada de prácticas de manejo, saber estacionar junto al cordón  o retorcer y estacionar no es saber conducir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA

Cada señalización luminosa es un acto de conciencia

Ejemplo:

Ceder el paso a un peatón.

Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

Poner un intermitente

Cada vez que cedes el paso a un peatón

o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años