En varias ocasiones tratamos el
tema de la EDUCACIÓN VIAL y los diarios accidentes viales que en cada rincón
del país suceden a diario. Podemos
escribir muchos artículos sobre el tema pero es muy difícil escaparnos de las fatídicas
consecuencias para muchas familias, por muertes o incapacidad. Lo lamentable es
que las estadísticas siempre están hacia arriba, casi igual que la inflación,
con un promedio de 20 personas que mueren por día a raíz de siniestros viales
en calles o rutas del país. La última estadística anual corresponde al 2018
cuando se registraron 7.274 víctimas fatales además se contabilizaron unos 120
mil heridos de distinto grado y miles de discapacitados. A eso hay que sumarle
otro saldo negativo, las pérdidas económicas que provoca un tránsito caótico y anárquico
en el cumplimiento de las normas vigentes como la Ley Nacional de Transito Nº
24440 y sus reformas, como tantas leyes provinciales u Ordenanzas municipales
del pais, adquiere importancia cuando vemos que se pierden unos U$S 10.000
millones anuales, dinero que le cuesta al Estado la siniestralidad vial.
Se observa intolerancia, peleas,
bocinazos e incumplimiento deliberado de las normas de tránsito. No es culpa
del inspector municipal de tránsito que procura poner algo de orden en el caos,
es responsabilidad de todos… Capítulo aparte son los padres que conducen motos
sin casco y van a buscar a sus chicos a la escuela, tampoco usan casco los
chicos, como también van 3 y hasta 4 en motos de baja cilindrada, hechos que
ocurren frente a una escuela. Entonces,
¿quién debería ir a clases de educación vial, los chicos para tratar de cambiar
la cultura con el tiempo o los papás para que reconviertan sus actitudes como
un ejemplo a imitar por sus hijos?.
Es más que evidente que debemos
busca los medios para que la EDUCACIÓN VIAL sea obligatoria en las escuela y en
los colegios secundarios, como así también
revisar los cursos de manejo como los exámenes y pruebas de manejo para sacar
el registro de conducir, deben ser más estrictos, amplios y no fácil de sortear
para quien lo necesita.