PARA MEJORAR LA SEGURIDAD VIAL

El mundo preocupado por la seguridad vial, avanza con nuevas tecnologias, quizas un tanto lejanas para esta parte del mundo, pero no imposible de poder tenerlas.
Sensores en las veredas que reconocen a los peatones y programan un semáforo para darles la preferencia, otros que los identifica y envía una alerta a los conductores y un tercero que permite que los autos “hablen” entre sí para advertir de los peatones que están en movimiento dentro de un mismo sector, son algunos de los sistemas que se han empezado a desarrollar en el último tiempo para mejorar la seguridad en las calles.
 

Los sensores amarillos que muestra el video son otra opción que ayuda a que los cruces sean espacios más seguros tanto para peatones y ciclistas como automovilistas.
En el caso de que éstos se pongan en una vereda, se activan como un interruptor cuando los peatones están sobre ellos y envían una señal a los semáforos de los sensores que avisan a los automovilistas y ciclistas que van a cruzar.
A diferencia de los botones que están en algunos semáforos para que los peatones los presionen cuando quieran cruzar, los sensores son automáticos, porque apenas detectan a una persona activan los semáforos. Para que los automovilistas los respeten y no se confundan con los demás, los semáforos están acompañados por un signo de peatones.
Todo un cambio cultural, que deberan las generaciones modificar.

10 DE JUNIO DIA DE LA SEGURIDAD VIAL


Mirando la SEGURIDAD VIAL desde la perspectiva de la siniestralidad, por su compleja y masiva recurrencia tiene consecuencias directas  e indirectas  que afectan gravemente a la población. Entre las primeras: los muertos, los  lesionados las pérdidas materiales; entre las segundas: la destrucción de familias, las secuelas  físicas  y  psicológicas,  la  alteración del proyecto  de  vida trazado,  la  perdida  de  años de una vida soñada.

Promediando  las  estadísticas  oficiales  y  no  oficiales  estamos  en condiciones de afirmar que en Argentina mueren  más 37 personas por día a causa de los siniestros del tránsito. Se  trata  de  una verdadera endemia social que se ubica en un lugar preponderante de la agenda pública estatal y social.
 
Hoy podemos  afirmar  que los denominados “accidente de tránsito”  son SINIESTROS VIALES , y se  constituyen en una singular y aguda forma de violencia que altera  la vida de las personas, la tranquilidad de las comunidades y la libertad de los individuos, afectando el derecho a gozar plenamente de la existencia.

Esta endemia social tiene también connotaciones de inequidad social porque  como  bien  dice  la  OMS:  “Los  estudios realizados demuestran  que  las  Colisiones  de Vehículos   tienen  un  impacto  desproporcionado  en  los  sectores  más  pobres y vulnerables de la sociedad”.

Hablamos de siniestros, en vez de accidentes porque el último término implica algo imprevisible, inevitable, sin embargo en más del 95% de los casos existe error humano que los provoca. Los más afectados son los jóvenes entre 19 y 35 años, los peatones, las habitantes de zonas rurales. Por ello, la concientización de todos pero en especial de estos sectores sociales es fundamental para la seguridad.

Hay muchísimas situaciones que demuestran que  falta  una  política  estatal  unificada  en  materia vial que contribuya a una verdadera e indelegables responsabilidades para tomar el tema con la importancia que merece, hay  carencia de una definida política estatal en la materia de seguridad vial a eso debe agregarse que la  sociedad  pareciera  haber  quedado  gobernada  por  su  propio  accionar y  ser observadora de la pasiva irresponsabilidad de los organismos del estado. Cuando hablamos de Estado involucramos a todos, provincial y municipal.

Por ignorancia, o por burocracia, o por soberbia, las autoridades piensan que tienen las cosas resueltas o encaminadas a resolverse cuando la realidad nos muestra a diario que los siniestros viales  están diezmando a los más jóvenes que estadísticamente son los más perjudicados.

La gente está molesta, y a veces con razón. Se siente que solo hay políticas recaudatorias y estas no  están acompañadas de una verdadera formación vial,  solo son una gran fuente de ingresos y notas periodísticas de cuantos autos y motos secuestradas por alcoholemia los fines de semana.

 Hay que cambiar las actitudes de los conductores, no esperar a que hagan algo incorrecto para sancionarlos.  Para ello son necesarias las políticas de prevención y educación, con objetivos a corto, medio y largo plazo.  El operativo exitoso  será cuando no se retenga ningún vehículo, porque está todo como lo dictan las normas; cuando los accidentes producidos por factores humanos sean de niveles bajos para lo que hoy en día tenemos como normal y todos seríamos un poco más conscientes de lo que hacemos al conducir o como peatón.

Desde el Estado Provincial y todas las municipalidades en particular de la provincia, tienen que dar el puntapié inicial y permitir que los que tenemos una visión distinta de las tareas que se vienen haciendo desde hace tantos años, seamos escuchados y tomados en cuenta con un objetivo en común. Hay mucha voluntad desde la gente, profesionales, conductores, o personas que quieren un mejor lugar para circular y vivir.

Nos preguntamos el por qué cuesta tanto establecer a la seguridad vial como prioridad, en las instituciones  educativas, en los organismos públicos y en la gente. Porque  muchas veces  hay soberbia de pensar que todo se sabe, que nunca me puede pasar, y ese es el primer error que cometemos, más aun en una sociedad donde equivocarse y no asumirlo parece ser un castigo y no un avance. No es difícil cambiar esto, se necesita voluntad política en asumir el costo de corregir los abusos de la sociedad.

Como parte de la sociedad que somos, mucho le exigimos al gobierno, pero de nada servirá su accionar si la racionalidad en la conducta vial no se consolida socialmente. Porque  el factor humano es la mayor causa de la siniestralidad en el tránsito,  la educación vial debe constituirse en la  estratégica política para la prevención.

Es  de  vital  importancia  que  la  sociedad  en  su  conjunto asuma la gravedad de los hechos lamentables en rutas y calles,   que  nos  ha  transformado  en  sus  cotidianos  rehenes y  definir  una  posición  clara  que nos involucre a todos,  gobernantes  como  gobernados,  mediando  activamente  entre  lo  público  y  lo  privado,  entre  educadores  y educandos,  entre  medios  de  comunicación y ciudadanía.  La voluntad  colectiva de la sociedad será la  única que pueda  enderezar este flagelo que convive en nosotros.

DATOS

En los últimos 15 años en el país murieron 113.276 personas en accidentes de tránsito.
Se duplicó el uso de los celulares por parte de los conductores, y se triplicó en el caso de los peatones.
Se elevo el número de muertes por la falta de uso de cascos; de cinturones de seguridad; el cumplimiento de los límites de velocidad; y el control del consumo de alcohol y/o drogas de los conductores.

CHACO (Datos  de hospitales provinciales)

     CHARATA /  2012/13/14     Ingresaron  787  accidentados – 14 muertos
     CASTELLI /   2012/13/14    Ingresaron  424  accidentados -   5 muertos
     RESISTENCIA  2013          Ingresaron 15507 accidentados   62 muertos


Resistencia 09 de Junio de 2014


                                                      GESEVI (Gabinete de Educación y Seguridad Vial)  
                                                                    FERNANDO BROLESE Coordinador

Más de 500 chicos fallecieron por accidentes viales en 2013

Más de 500 chicos y adolescentes, en general peatones o pasajeros aunque también como conductores de bicicletas y ciclomotores, fallecieron como consecuencia de accidentes viales durante 2013 en la Argentina.   
Los datos, surgidos de un estudio realizado por el Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV), indicaron que unas 547 personas de entre 0 a 15 años fallecieron a raíz de siniestros viales durante 2013.   
En el informe se aclara que en el caso de los menores que conducían ciclomotores lo hacían sin licencia, al tiempo que también se menciona que a la cifra de fallecidos se agregan muchos más que resultaron afectados con lesiones severas. Por otro lado, el estudio destaca que en relación al 2010, hubo una reducción en esta franja etaria del 45 por ciento.  



FALTA CULTURA POLITICA HACIA LA SEGURIDAD VIAL

La falta de cultura y política orientada hacia la SEGURIDAD VIAL basada solamente en reducir los riesgos mediante sanciones dinerarias solamente no contribuye a disminuir los siniestros viales. La sociedad parece que se acomoda y no reacciona ante el elevado costo que puede representar un accidente tanto en lo urbano como en las rutas. Las compañías de seguros aceptan los siniestros, tramitan mediante acuerdos la reparación de los daños, cubren mediante convenios las indemnizaciones a las personas mediante unas cifras previamente fijadas o establecidas y así cierran los expedientes. Todo un sistema, y una compleja maquinaria social, que deja en segundo plano la PREVENCIÓN y minimiza los siniestros o estos pasan a ser parte de una costumbre cotidiana.
Ante esto, se hace necesario el calcular el costo de los accidentes de tránsito, no solo por las pérdidas materiales, sino por las muertes, heridos y minusválidos, lo que se constituye en una buena  herramienta clave para justificar las inversiones en SEGURIDAD VIAL, junto a una decidida política de PREVENSION. En este sentido, tiene su lógica la creación de calles de transito parejo y seguro, rutas seguras diseñadas para reducir los accidentes mortales y los siniestros con lesionados. Por ejemplo, el reordenamiento del casco urbano orientado a dar mayor cobertura a los peatones y menos a los automóviles, con carriles para el transporte público de pasajeros y servicios de taxi/remises, bicisendas, carriles exclusivos para las motos, semaforización programada, diseño de paradas del transporte público. Esto posiblemente contribuya a mejorar también la salud y el medio ambiente.
La sociedad, también tiene que estar más mentalizada con los accidentes de tránsito, tiene que tomar conciencia y preguntarse qué  hace para prevenir los siniestros viales y no acostumbrarse con las noticias sobre el número de accidentes ocurridos  el fin de semana o el día anterior. Hay que dejar a un lado comentarios tales como  “tenemos los accidentes que nos merecemos”, “nada hacen los agentes de control” si queremos afrontar verdaderamente la realidad sobre la Seguridad Vial, las quejas y lamentos para nada ayudan a prevenir los accidentes.

Las estadísticas sobre siniestralidad vial, hoy por hoy, sus resultados no son buenos, quizás tengamos menos accidentes pero con más muertos, si los comparamos con otros años, eso no es un consuelo, solo hay que recordar y ser consciente  que un solo muerto por accidente de tránsito es una tragedia.  Y siempre es mejor VIVIR LA VIDA.