10 DE JUNIO DIA DE LA SEGURIDAD VIAL


Mirando la SEGURIDAD VIAL desde la perspectiva de la siniestralidad, por su compleja y masiva recurrencia tiene consecuencias directas  e indirectas  que afectan gravemente a la población. Entre las primeras: los muertos, los  lesionados las pérdidas materiales; entre las segundas: la destrucción de familias, las secuelas  físicas  y  psicológicas,  la  alteración del proyecto  de  vida trazado,  la  perdida  de  años de una vida soñada.

Promediando  las  estadísticas  oficiales  y  no  oficiales  estamos  en condiciones de afirmar que en Argentina mueren  más 37 personas por día a causa de los siniestros del tránsito. Se  trata  de  una verdadera endemia social que se ubica en un lugar preponderante de la agenda pública estatal y social.
 
Hoy podemos  afirmar  que los denominados “accidente de tránsito”  son SINIESTROS VIALES , y se  constituyen en una singular y aguda forma de violencia que altera  la vida de las personas, la tranquilidad de las comunidades y la libertad de los individuos, afectando el derecho a gozar plenamente de la existencia.

Esta endemia social tiene también connotaciones de inequidad social porque  como  bien  dice  la  OMS:  “Los  estudios realizados demuestran  que  las  Colisiones  de Vehículos   tienen  un  impacto  desproporcionado  en  los  sectores  más  pobres y vulnerables de la sociedad”.

Hablamos de siniestros, en vez de accidentes porque el último término implica algo imprevisible, inevitable, sin embargo en más del 95% de los casos existe error humano que los provoca. Los más afectados son los jóvenes entre 19 y 35 años, los peatones, las habitantes de zonas rurales. Por ello, la concientización de todos pero en especial de estos sectores sociales es fundamental para la seguridad.

Hay muchísimas situaciones que demuestran que  falta  una  política  estatal  unificada  en  materia vial que contribuya a una verdadera e indelegables responsabilidades para tomar el tema con la importancia que merece, hay  carencia de una definida política estatal en la materia de seguridad vial a eso debe agregarse que la  sociedad  pareciera  haber  quedado  gobernada  por  su  propio  accionar y  ser observadora de la pasiva irresponsabilidad de los organismos del estado. Cuando hablamos de Estado involucramos a todos, provincial y municipal.

Por ignorancia, o por burocracia, o por soberbia, las autoridades piensan que tienen las cosas resueltas o encaminadas a resolverse cuando la realidad nos muestra a diario que los siniestros viales  están diezmando a los más jóvenes que estadísticamente son los más perjudicados.

La gente está molesta, y a veces con razón. Se siente que solo hay políticas recaudatorias y estas no  están acompañadas de una verdadera formación vial,  solo son una gran fuente de ingresos y notas periodísticas de cuantos autos y motos secuestradas por alcoholemia los fines de semana.

 Hay que cambiar las actitudes de los conductores, no esperar a que hagan algo incorrecto para sancionarlos.  Para ello son necesarias las políticas de prevención y educación, con objetivos a corto, medio y largo plazo.  El operativo exitoso  será cuando no se retenga ningún vehículo, porque está todo como lo dictan las normas; cuando los accidentes producidos por factores humanos sean de niveles bajos para lo que hoy en día tenemos como normal y todos seríamos un poco más conscientes de lo que hacemos al conducir o como peatón.

Desde el Estado Provincial y todas las municipalidades en particular de la provincia, tienen que dar el puntapié inicial y permitir que los que tenemos una visión distinta de las tareas que se vienen haciendo desde hace tantos años, seamos escuchados y tomados en cuenta con un objetivo en común. Hay mucha voluntad desde la gente, profesionales, conductores, o personas que quieren un mejor lugar para circular y vivir.

Nos preguntamos el por qué cuesta tanto establecer a la seguridad vial como prioridad, en las instituciones  educativas, en los organismos públicos y en la gente. Porque  muchas veces  hay soberbia de pensar que todo se sabe, que nunca me puede pasar, y ese es el primer error que cometemos, más aun en una sociedad donde equivocarse y no asumirlo parece ser un castigo y no un avance. No es difícil cambiar esto, se necesita voluntad política en asumir el costo de corregir los abusos de la sociedad.

Como parte de la sociedad que somos, mucho le exigimos al gobierno, pero de nada servirá su accionar si la racionalidad en la conducta vial no se consolida socialmente. Porque  el factor humano es la mayor causa de la siniestralidad en el tránsito,  la educación vial debe constituirse en la  estratégica política para la prevención.

Es  de  vital  importancia  que  la  sociedad  en  su  conjunto asuma la gravedad de los hechos lamentables en rutas y calles,   que  nos  ha  transformado  en  sus  cotidianos  rehenes y  definir  una  posición  clara  que nos involucre a todos,  gobernantes  como  gobernados,  mediando  activamente  entre  lo  público  y  lo  privado,  entre  educadores  y educandos,  entre  medios  de  comunicación y ciudadanía.  La voluntad  colectiva de la sociedad será la  única que pueda  enderezar este flagelo que convive en nosotros.

DATOS

En los últimos 15 años en el país murieron 113.276 personas en accidentes de tránsito.
Se duplicó el uso de los celulares por parte de los conductores, y se triplicó en el caso de los peatones.
Se elevo el número de muertes por la falta de uso de cascos; de cinturones de seguridad; el cumplimiento de los límites de velocidad; y el control del consumo de alcohol y/o drogas de los conductores.

CHACO (Datos  de hospitales provinciales)

     CHARATA /  2012/13/14     Ingresaron  787  accidentados – 14 muertos
     CASTELLI /   2012/13/14    Ingresaron  424  accidentados -   5 muertos
     RESISTENCIA  2013          Ingresaron 15507 accidentados   62 muertos


Resistencia 09 de Junio de 2014


                                                      GESEVI (Gabinete de Educación y Seguridad Vial)  
                                                                    FERNANDO BROLESE Coordinador

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