NO SÓLO CONTROLES, TAMBIÉN PREVENCIÓN PARA EVITAR ACCIDENTES EN LAS RUTAS


Comenzó la temporada veraniega y en las rutas se incrementan los desplazamientos de vehículos, en especial a los centros turísticos del país o el exterior y siempre debe estar la necesidad de que se perfeccionen los controles de tránsito orientados a la prevención de accidentes, y eso también debe implicar que se profundicen las campañas de tipo educativo destinadas a los automovilistas, pasajeros o peatones.

En cuanto a la seguridad vial, se plantea el trabajo en los controles  de documentación vehicular y muy poca información de educación vial con la advertencia de las consecuencias de no cumplir. A todo eso le debemos agregar, que hace varios años existe la caprichosa instalación de radares por parte de algunos municipios por cuyas jurisdicciones pasan las rutas eso se convirtió, en una virtual cacería de infracciones, con excluyentes propósitos recaudatorios. Esta situación, negativa desde todo punto de vista, no debería repetirse, pero a la fecha, ninguna autoridad a intentado cambiar, los radares deben ser un aporte efectivo, que se utilicen con racionalidad, sin abusos, con un claro propósito de contribución a la seguridad vial, evitando siniestros dolorosos.

Es necesario que todas las provincias junto a nación con la finalidad de lograr un instrumento que contenga una legislación de tránsito ordenada y coherente y a ese objetivo deben apuntar en el mediano plazo. La superposición de normas nacionales, provinciales y municipales, y el accionar  individual de cada organismo muchas veces se convierte en un acto caótico de organismos de diversas jurisdicciones, que en nada contribuyen a mejorar la seguridad vial.

Es sumamente necesario y responsable poner el acento en la prevención, en la educación vial, más que en los grandes operativos de control de documentación, que son necesarios pero eso no está demostrando que se atenué la escalofriante estadística de mortalidad en el tránsito. Ese  debe ser un objetivo fundamental, y  los recursos que se puedan disponer para ello  siempre estarán bien invertidos, porque se trata de salvar vidas y no de juntar recursos económicos vía multas.

Pareciera que todos apuestan a jugar al límite y por  cuidar su espacio  y por lo general se reacciona cuando le pasó el siniestro. Pero cuando ocurre es tarde, por ello siempre insistimos en la PREVENCION Y EDUCACION VIAL, y viendo los resultados del año, nuestra predica será la misma.
Fernando Brolese – GESEVI (Gabinete de Educación y Seguridad Vial)


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