Para prevenir colisiones, la comunidad científica y las empresas
de ingeniería trabajan en el desarrollo de sistemas múltiples de seguridad, como
control de crucero automático, sistemas de sensores radar o láser basados en el
frenado de un coche cuando se aproxima otro vehículo, el punto ciego de sistemas
de alerta -que utilizan las luces o sonidos para alertar al conductor de la
presencia de un vehículo que no puede ver-, y el control de tracción y ayuda a
la estabilidad, que automáticamente frena si detecta derrape o una pérdida de
control de la dirección del coche.
Todos estos avances tecnológicos hacia el denominado "transporte
inteligente" contribuyen a reducir el número de accidentes de tránsito pero la
cifra de siniestros sigue siendo aún muy elevada. Por ello, ingenieros mecánicos
del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) han desarrollado un nuevo
algoritmo basado en el sistema de transporte inteligente (ITS), que percibe los
modelos de comportamiento de los conductores para advertir a otros conductores
de posibles colisiones.
Además, en el caso de que la persona que está al volante no se
percate de posibles siniestros, este sistema toma el control del vehículo para
evitar un accidente.
Los autores del sistema han sido el investigador Rajeev Verma,
de la Universidad de Michigan, Domitila Del Vecchio, profesora asistente de
Ingeniería Mecánica y WM Keck, profesor de Ingeniería Biomédica, todos ellos del
MIT.
El modelo diseñado por los ingenieros del MIT funciona tomando
en cuenta varios modelos de comportamiento humano frente al volante y
utilizándolos como base para emitir advertencias sobre posibles colisiones. Si
el conductor no reacciona suficientemente rápido, son los sistemas automatizados
del coche los encargados de tomar el control, evitando así colisiones
potencialmente fatales.
El sistema incluye un programa capaz de calcular posibles
choques de cualquiera de los vehículos que lleguen a una intersección o que se
encuentren en peligro de chocar. Durante el proceso de funcionamiento del
modelo, el coche participa en una especie de juego-teoría de la decisión, en el
que utiliza la información de los sensores que lleva a bordo, así como sensores
de luz de carretera y de tráfico, para predecir lo que el otro coche va a hacer.
De esta forma, actúa en consecuencia para evitar un accidente.
“Cuando ambos coches, en situación de choque, cuenten con
sistemas ITS, los vehículos serán capaces de comunicarse entre sí, establecer
sus posiciones y trabajar juntos para prevenir choques”, comenta Del
Vecchio.
En pruebas realizadas en el laboratorio, en la que se usaron
coches eléctricos de juguete y participaron ocho voluntarios para recrear los
diferentes estilos de conducción, el nuevo algoritmo demostró ser eficaz en un
97% de los casos. Los fallos fueron provocados por un retraso en la comunicación
entre el coche equipado con ITS y una serie de sensores que recogen la posición
de coches no equipados con este sistema.
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