LA VELOCIDAD MATA.....
La alta velocidad incrementa la chance de terminar con la vida de alguien.
«CALLES PARA LA VIDA» es ir buscando los instrumentos políticos, legislativos
y ejecutivos para promover que el límite de 30 km/h sea una norma para la ciudad,
como ya lo está siendo para muchas ciudades y pueblos en todo el mundo.
«Cada año más de 1,3 millones de personas mueren en accidentes de tránsito,
esto es el 1% cada 24 segundos». “Tederos Adhanom, director general de la
Organización Mundial de la Salud, manifestó en una conferencia sobre
siniestralidad vial, que necesitamos una nueva visión para crear ciudades
seguras, saludables, verdes y habitables, teniendo calles de baja velocidad.
La evidencia muestra que limitar la velocidad de conducción a 30 km/h
reduce significativamente las muertes y lesiones causadas por el tránsito.
También promueve estilos de vida más saludable, poder caminar y andar en
bicicleta con mayor seguridad, también contribuye a disminuir la contaminación
del aire y bajar el ruido urbano.
La seguridad vial es la otra crisis pandémica que enfrentamos junto con
la Covid-19, a esto le debemos sumar el deterioro climático por la contaminación
ambiental.
QUIENES ESTAMOS en esta cuestión de la Seguridad vial respaldamos el
llamamiento a la campaña «Calles por la vida» de la OMS, y solicitamos a los
organismos municipales y provinciales sanciones frente al exceso de velocidad,
trabajando en programas para concientizar y educar para bajar la velocidad en
las calles, siendo prioridad salvar vidas.
Un vehículo a 30 km/h en un centro urbano conflictivo, posibilita el resguardo
de los peatones y ciclistas, brindándole un marco de seguridad más aceptable. La
propuesta debe darse mediante un plan integral de movilidad urbana, donde los
vehículos no podrán circular a más de 30 kilómetros por hora, en determinado radio
urbano específico, donde las restricciones deben ser aceptables, con una adecuada
señalización, información y educación vial. Quizás sea necesario proponer una campaña
social por todos los medios que estén a nuestro alcance, creando la necesidad y
la conciencia social mediante una campaña que podemos denominarla “CALLE 30”
buscando las formas de "aliviar tensiones en las calles" con
todos los actores del espectro vial, desde los conductores de autos, los ciclistas
y peatones tomen conciencia que es por la seguridad de todos.
Una "ciudad calma", permitirá recuperar y apropiarse la ciudad
del espacio público, rediseñando los modos de circulación, con menos vehículos
y más espacios "inclusivos y seguros". La movilidad urbana viene años
tras años acarreando una saturación del parque automotor y de las motocicletas,
por ello es necesario concientizar en querer “una amigable ciudad" con
cambios importantes en el sistema vial, menos conflictiva, más tranquila y para
ello es necesario trabajar con quienes usan las calles.
Los ciclistas, las empresas de delivery, los servicios de remises y taxis,
las empresas de transporte público, las empresas comerciales, son los más
protagonistas diarios de la vía, y con ellos debe empezar el trabajo en diseñar
el uso sustentable, y las autoridades deberán escuchar los reclamos y las propuestas
para confeccionar los programas y las regulaciones pertinentes.