10 de JUNIO DIA DE LA SEGURIDAD VIAL. Muy poco para celebrar y mucho para reflexionar sobre la siniestralidad vial en nuestras calles y rutas. Como sociedad nos sensibiliza los peligros y amenazas de la inseguridad ciudadana. Los ciudadanos, alertados por los medios de comunicación, toman precauciones y evitan situaciones de peligro, no transitando en lugares oscuros y solitarios donde existe riesgo de asalto o robo, precaución en las salidas bancarias, cuidados con los niños y ancianos. Razón por la cual la seguridad ciudadana es parte de los programas de gobierno.
Pero existe una amenaza más real e inmediata en nuestras vidas cotidianas que días tras día días cientos de vidas, se van perdiendo y a la que no le prestamos suficiente atención cuando tenemos maneras de afrontarla.
Los noticieros y periódicos nos informan a diario sobre hechos graves y mortales en accidentes viales con múltiples víctimas: dramas humanos que a diario dejan familias enteras destrozadas, jóvenes lisiados, capacidades laborales truncas, el alcoholismo que gana espacio entre los jóvenes conductores, alta velocidad etc.
Estas noticias y sus consecuencias no repercute con fuerza en el comportamiento del ciudadano medio, que todavía no ha tomado conciencia sobre el riesgo que representa como peatón cruzar por cualquier lugar una vía transitada, circular sin cinturón de seguridad, manejar bajo los efectos del alcohol, viajar en un vehículo en mal estado, subirse a una motocicleta sin casco, llevar niños en los asientos delanteros o viajar en motocicletas tres personas.
Tampoco los gobiernos, municipal, provincial y nacional, han realizado una labor adecuada para hacer de nuestras calles y rutas lugares más seguros. Así vivimos esta realidad.
Si logramos a partir de este 10 de Junio 2010 tomar conciencia y responsabilidad sobre la importancia de pasar a la acción concreta, habremos dado el primer gran paso hacia la corrección de conductas peligrosas.
Desde el GESEVI queremos resaltar que ya existe la fórmula para evitar que miles de personas pierdan la vida o queden discapacitadas por accidentes, es que cada uno tenga AMOR A LA VIDA Y RESPETO POR EL OTRO.
Pero existe una amenaza más real e inmediata en nuestras vidas cotidianas que días tras día días cientos de vidas, se van perdiendo y a la que no le prestamos suficiente atención cuando tenemos maneras de afrontarla.
Los noticieros y periódicos nos informan a diario sobre hechos graves y mortales en accidentes viales con múltiples víctimas: dramas humanos que a diario dejan familias enteras destrozadas, jóvenes lisiados, capacidades laborales truncas, el alcoholismo que gana espacio entre los jóvenes conductores, alta velocidad etc.
Estas noticias y sus consecuencias no repercute con fuerza en el comportamiento del ciudadano medio, que todavía no ha tomado conciencia sobre el riesgo que representa como peatón cruzar por cualquier lugar una vía transitada, circular sin cinturón de seguridad, manejar bajo los efectos del alcohol, viajar en un vehículo en mal estado, subirse a una motocicleta sin casco, llevar niños en los asientos delanteros o viajar en motocicletas tres personas.
Tampoco los gobiernos, municipal, provincial y nacional, han realizado una labor adecuada para hacer de nuestras calles y rutas lugares más seguros. Así vivimos esta realidad.
Si logramos a partir de este 10 de Junio 2010 tomar conciencia y responsabilidad sobre la importancia de pasar a la acción concreta, habremos dado el primer gran paso hacia la corrección de conductas peligrosas.
Desde el GESEVI queremos resaltar que ya existe la fórmula para evitar que miles de personas pierdan la vida o queden discapacitadas por accidentes, es que cada uno tenga AMOR A LA VIDA Y RESPETO POR EL OTRO.
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